Hoy quise compartir con ustedes esta publicación que encontré en Internet.
Después de sufrir cuatro abortos espontáneos, Berrisford siguió el tratamiento de inmunoterapia. A los pocos meses quedó embarazada y tuvo a su primera hija, Mae.
Para Kathryn Berrisford, quedar embarazada no resultaba difícil. En su caso, la dificultad, era que el embarazo llegara a término.
A los 33 años, esta embrióloga británica ya había sufrido cuatro abortos espontáneos, y los exámenes médicos que le hacían en cada oportunidad para encontrar la causa siempre daban resultados negativos.
"La recomendación era que siguiera tratando y que, con suerte, en algún momento tendría a mi bebé".
Como trabajaba en una clínica de fertilidad, Berrisford solicitó la ayuda de sus colegas para su propio caso.
Una serie de pruebas revelaron que ella y su pareja, Joss, tenían el mismo tipo de un antígeno específico en sus sistemas inmunológicos.
Por esta razón, dice, "mi cuerpo no veía al esperma del embrión como algo extraño (a mi propio cuerpo) y eso hacía que el embarazo no prosperara".
El próximo paso consistió en sacarle sangre a Joss, aislar los glóbulos blancos de su sangre en el laboratorio e inyectárselos después a Berrisford.
"Así, en la siguiente ocasión en que el óvulo y el esperma se juntaron, mi cuerpo entendió que (el embrión) era un cuerpo diferente y eso desató el proceso del embarazo", dice Berrisford.
Básicamente, "me hicieron alérgica al esperma de mi marido para quedar embarazada".
Berrisford se sometió a este procedimiento en agosto de 2004. Su hija Mae nació en perfecto estado de salud en 2005 y, poco después, dio a luz a su segundo hijo.
Tal como explica Berrisford, el tratamiento consiste en aplicarle a la madre una serie de inyecciones compuestas con glóbulos blancos del futuro padre.
"Se le suministran a la madre antígenos del padre —que van a ser parte del bebé— y esto provoca una reacción en su sistema inmunológico para que acepte al bebé", le explica a BBC Mundo Marcelo Cavalcante, investigador del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Fortaleza, en Brasil, y coautor de uno de los estudios sobre el tema.
Aunque las inyecciones se hacen en preparación al embarazo —preferentemente de forma intradérmica—, pueden repetirse cada tres o cuatro semanas durante la gestación para mantener mantener activa la reacción inmunológica, añade el científico.
Adjunto el link de un vídeo que encontré, aunque esta en ingles voy a ver si lo puedo traducir